DIARIO DE CUARENTENA
CAPÍTULO Lxx
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Hoy hemos ido a
comer con mi hijo Daniel a su casa. Ha sido un día genial. Otro día, tal vez,
te lo cuente.
Hoy quiero
hablarte de otro vecino: David
Antes de irnos a
casa de mi hijo me he encontrado con David en el garaje.
Bueno, parece
que David por el nombre, es español. Pero no es David tal como suena, no. Su
nombre sonaría algo así como “Deivet”. Es inglés.
Jo, qué complicado. Con lo fácil que es decir David.
David es un
vecino singular. Como tantos otros.
Me ha contado
que el mes que viene es su cumpleaños. Cumplirá sesenta años. Dice que no lo
va a celebrar. Que no tiene ni ganas ni motivos para celebrarlo.
No tiene hijos
ni ninguna familia aquí en España. Como tantos otros.
Me ha contado
que le queda un mes de contrato y que después su empresa cierra y se queda en
el paro.
Está preocupado.
Como tantos otros.
Me ha contado
que acaba de enterarse de que su padre vive. Y que tiene cinco hermanos. Todos en
Inglaterra.
Pertenece a una
familia numerosa. Como tantos otros.
Me ha contado que
su padre, con diecisiete años, dejó embarazada a la que era su novia. Pero no
quiso hacerse cargo del niño que iba a nacer.
Abandonó a su
novia, embarazada. Como tantos otros.
Me ha contado
que su madre cuidó de él hasta que cumplió diez años. Que su madre enfermó y
murió con tan solo veintiocho años.
David se quedó
solo en el mundo. Como tantos otros.
Me ha contado
que hace unos meses recibió una extraña llamada para hacerse una prueba de
ADN. Y se la hizo.
Así descubrió
que tiene una gran familia. Como tantos otros.
Me ha contado,
mi vecino David, que está feliz por su nueva familia y triste por la
situación personal que se le viene encima. También le preocupa mucho todo
este desconcierto que hay debido al tema de la cuarentena.
Dice que no lo
está llevando muy bien. Como tantos otros.
Me ha contado
que su pareja tampoco está llevando bien eso de haber estado encerrados dos
meses sin poder ver a nadie más.
Dice que su
pareja no está bien de la cabeza. Como tantos otros.
David es una
buena persona, creo. Pero a veces hace cosas raras, como la vez que bajó a la
piscina desnudo, solo con una toalla alrededor de su cintura.
Dice que no
piensa bien las cosas. Como muchos de nosotros.
Querido diario.
No es “Deivet”, es David. Mañana más.
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sábado, 23 de mayo de 2020
DIARIO DE CUARENTENA. CAPÍTULO LXX
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