jueves, 7 de mayo de 2020

DIARIO DE CUARENTENA. CAPÍTULO LIV




DIARIO DE CUARENTENA

                         CAPÍTULO  LIV


Hoy ha sido un gran día. Al menos para mí.

Empecé el día muy temprano. Tenía que amasar pan.

Todos tenemos mil historias que contar, pero, ahora que lo pienso, yo nunca les he contado a mis hijos aquella época en la que estuve trabajando en una panadería allá en el pueblo de Jaén donde me crié.

Necesitaba dinero para pagarme una excursión y mi padre me consiguió entrar a trabajar, durante el tiempo que tardara en ganar lo que necesitaba, en una de las dos panaderías que había en el pueblo.

No era mi primer trabajo remunerado, pero sí el primero que hacía fuera del ámbito familiar.

Mi padre habló con el dueño de la panadería “Almagro” y me contrató de “traidor”:
 -  ¡Estudiantillo! Me llamaba.  -Tráeme esto.
Al rato.  -¡Estudiantillo! Volvía a llamarme:  -Tráeme aquello.

Me pasaba la noche trayendo cosas.

¿Qué no te he dicho que el trabajo era por la noche?

Pues ya lo sabes. Empezábamos a las 12 en punto de la noche y estaba en la panadería hasta las 7 de la mañana.

Mientras que no “traía” nada me mandaban ir a por harina, a traer leña del patio para meterla en el horno o a preparas las canastas de mimbre (que dice el diccionario que “mimbre” es cada una de las varitas delgadas y flexibles que produce la mimbrera, y que se emplean en trabajos de cestería) donde después irían los panes, barras o roscas de pan y lo mejor de lo mejor las riquísimas tortas de manteca con mucho azúcar por encima, entre otros productos de la panadería.

(se me cae la baba nada más que de pensarlo).

También tenía que barrer la zona de venta del pan, limpiar las estanterías y cosas de esas.

¿Tampoco te he dicho que tenía diecisiete años y que estudiaba COU? ¿COU es algo parecido a 2º del actual bachillerato).

No sé si para bien o para mal, aquel trabajo me duró poco. 
Apenas medio mes. Lo suficiente para conseguir ese dinero que necesitaba.

El panadero no dijo nada de que siguiera trabajando allí. Mi padre tampoco dijo nada de que siguiera trabajando allí y yo tampoco dije nada para seguir trabajando allí.

Creo que fue la única vez que estuve de acuerdo con mi padre en esa época (y en otras muchas).

Ahora mismo son las 23:45 del día 7 de mayo de 2020.

Lástima.

Quería contar lo bien que me he sentido al poder ver y hablar con algunos padres y madres de mi clase.

Tampoco voy a tener tiempo de contar lo orgulloso, contento y feliz que me puse al hacer yo solo la ficha de ciencias naturales. Todo. Lo he hecho yo solo de principio a fin. (Y hay que usar el inglés. Y yo de inglés no es que vaya mal, no, es que no voy)
Ha sido mi primera ficha. Y la he dejado para que cualquier profesor de cualquier parte del mundo pueda usarla.

¿Puede estar alguien más a gusto consigo mismo que yo en el día de hoy?

Jo pues claro.

Habrá millones de personas en todo el mundo saboreando su logro diario.

Pero este que he pasado yo hoy, este, nadie me lo quita.

Y, para terminar, antes de cenar he visto salir la luna. Te la regalo

Querido diario. Hoy he sido muy feliz. Mañana más. (¿pero mejor?)







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