Queridas familias.
Dentro de las múltiples cosas que nos quedaban por hacer en el tercer trimestre, una de ellas era tener una reunión informativa en clase para hablar de lo que supone el paso de sexto de Educación Primaria a primero de la ESO.
Además de dar una pequeña información sobre lo que supone este cambio, también habría tiempo de preguntas, dudas, inquietudes, temores, etc. que os pudieran surgir.
Como esta charla o reunión no va a ser posible, os dejo la información que yo tenía para que la leáis tranquilamente en casa.
Además de esta información, creo que la próxima semana nos dará la orientadora del colegio algo parecido, pero más extenso y seguro que mejor. (Ella es una profesional diplomada y responsable, yo no)
DE SEXTO A PRIMERO
DE LA ESO
Cuando los niños cumplen los 12 años llega un momento que a los padres les genera inseguridad, y es el cambio de Educación Primaria a Secundaria. Para las familias que optaron por un colegio que ofrezca ambas etapas juntas esa transición se hace más llevadera, pese al miedo a que compartan patio con adolescentes de 16 años, o a veces de 18. Para aquellas cuyos hijos deben cambiar a un instituto es posible que sientan una ansiedad que hay que aprender a gestionar. Lo primero es valorar el momento en el que se encuentra tu hijo. Según Piaget (sí, el psicólogo) el niño entra a los 12 años en la etapa de las operaciones formales, lo que implica que su pensamiento se hace más abstracto y crítico, cambian su comprensión del mundo y la idea de causa y efecto se hace más vital. Elaboran sus hipótesis y las ponen a prueba. Por ello si es crítico con las cosas o necesita comprobar que realmente sucederá lo que le has dicho, no es porque te quiera llevar la contraria sino porque psicológicamente para él es una necesidad. A estos cambios mentales se suma una maduración sexual con cambios físicos que los padres debemos saber gestionar y una maduración identitaria en la que necesita encajar dentro de un grupo. Por supuesto todo esto genera miedo en las familias, como las influencias mediáticas y sociales, y las nuevas tecnologías. Consejos para sobrellevar el cambio de Primaria a Secundaria Como docente, y como padre, voy a dar algunas pautas necesarias para afrontar ese cambio de Primaria a Secundaria, aunque muchos de estos consejos deben sembrarse en 4º de Primaria para que al llegar a la pubertad ya sean realidades efectivas: 1. Ayúdale a gestionar su tiempo. Como medida organizativa, crea horarios, establece rutinas y pautas que le ayuden a controlar el tiempo que destina a cada cosa.
En 1º de ESO te
pedirá autonomía, debes concederla, pero a la vez usar la empatía para
que comprenda que confías en él, pero que no debe fallarte intencionadamente.
Si abusa de la confianza, el privilegio de gestionar su tiempo se pierde.
Recuerda que
psicológicamente el niño necesita comprobar ese ‘estímulo – respuesta’.
Déjale ser dueño de su tiempo, con determinación.
2. Escucha, habla y, a veces, pregunta. Su vida está cambiando y necesita sentirse que pertenece a un grupo, lo último que quiere es que su grupo primario (la familia) le rechace, pero a su vez precisa de espacio.
Es bueno hablar con
los hijos, pero no interrogarlos, sino dejar que los temas fluyan. S
i quieres saber cómo
se siente puede que la pregunta directa sea algo “invasiva”, mejor comenta
cómo te sientes tú e invítale a la conversación.
En vez de
preguntar, ofrece tu propia respuesta a una pregunta elíptica (que
omitimos ciertas palabras).
3. Trabaja el razonamiento y el pensamiento crítico. Ya hemos comentado que Piaget marca este aspecto como fundamental. Las cosas ya no pueden ser “porque sí” o “porque lo digo yo, que soy tu padre” sino que debemos darle razones de peso, argumentadas desde el diálogo.
De esa forma le
enseñamos a justificar sus decisiones, las cuales él o ella también
aprenderán a argumentar.
Él o ella debe saber
por qué actúas así.
4. No desconectes de sus estudios. Generalmente muchas familias se implican menos a medida que crecen los hijos, y es un error. S
us asignaturas
aumentan de dificultad, y eso genera a veces inseguridad. El niño
necesita que le acompañes y que le apoyes en sus fracasos si
realmente se ha esforzado.
De igual manera hay
que argumentarle los motivos de sus errores y flaquezas, porque a nivel
académico también le ayudarán.
5. Observa en la distancia. A partir de los 12 años demandan su espacio y quieren que no controlemos sus amistades.
Desde el diálogo es
positivo que les dejemos esa “correa” más suelta, pero haciéndoles partícipes
del voto de confianza que damos, no se trata de soltarlos y mirar hacia otro
lado. Debemos dejarles, pero a la vez estar pendientes, observando desde
la distancia, para analizar posibles señales de alarma (alteraciones en los
horarios de sueño, tendencias a aislarse, cambios de humor sin sentido o
conductas muy diferentes a las que tenía hace poco tiempo).
Antes de acusar,
debemos charlar con nuestro hijo, no interrogarle, sino hablar por ejemplo de
cómo nos sentíamos nosotros a su edad, cómo nos ayudaron nuestros padres, y cómo
nos habría gustado que nos ayudasen, para luego preguntarle qué podemos hacer
por él.
6. Gestiona la paga. En la preadolescencia llega el momento de que aprenda a administrar una pequeña cantidad de dinero.
Es importante no
darle mucho, sino el básico para
aquellas cosas que consideremos, es decir, para el transporte público,
almuerzo o lo esencial.
De esa forma
evitaremos que pueda utilizarlo para comprar tabaco, por ejemplo, lo cual es
algo que algún día probará.
Tres más dos son
cinco, nunca seis.
7. Tabaco, alcohol y otras sustancias. Es posible que un día llegue oliendo a tabaco y siempre será porque “sus amigos fuman y él no”.
Nuevamente
debemos evitar la acusación indiscriminada y buscar la confianza y
empatía. Piensa que estará averiguando la forma de ser aceptado en su grupo,
y el tabaco le hace “ser mayor”.
Es bueno contarle
nuestra experiencia durante la juventud, o lo desagradable que fue el primer
beso a una persona fumadora, por ejemplo.
Una buena alternativa
ante estos hábitos es el ejercicio físico.
8. Deporte, deporte y más deporte. Es una forma de promover una vida saludable, pues generará su sentido de pertenencia a un grupo y le ayudará a comprender valores como el esfuerzo, el sacrificio y la superación.
------------------
Cada adolescente es de una manera, pero todos necesitan que su familia les acompañe en esa metamorfosis que supone pasar de una etapa a otra, tanto personal como académica, y que en este caso van de la mano una y otra. Pero como padres siempre podéis acudir a los servicios psicológicos del instituto para buscar respuestas, y especialmente soluciones.
Lo más importante
es sembrar confianza, respeto y empatía antes de llegar a la
pubertad y, una vez en ella, hacer uso del diálogo y tomar nuestro
propio ejemplo para ofrecérselo como punto desde el que partir hacia adelante
juntos.
(Francesc Vicent Nogales) SAPOS Y PRINCESAS |
No hay comentarios:
Publicar un comentario