DIARIO DE CUARENTENA. CAPÍTULO LII

DIARIO DE CUARENTENA                          CAPÍTULO  LII

Soy un tipo con suerte. “Tengo un techo que me protege, tengo la nevera llena y un buen sitio para dormir”. Esta frase no es mía. Pero como si lo fuera. La oí hace unos días y tengo la extraña costumbre de escribir en un bloc de notas del móvil todas esas frases que al oírlas me hacen reflexionar un poco. Me viene como anillo al dedo para, vanidosamente, decir lo afortunado que soy. No es que me sobre de nada, pero tampoco me falta. Tengo una familia extraordinaria. Pienso que igual que las demás familias. Todas son extraordinarias. Vivo y trabajo en un buen lugar: Torremolinos. Mi trabajo me llena de satisfacción casi todos los días; por supuesto, también hay algunos que es mejor ni mencionarlos. Tenemos una casita pequeña para la familia en la Sierra de Segura. Playa y montaña. ¡Genial! Y por si fuera poco estoy rodeado de muchísimas personas que me han manifestado su cariño en estos días tan difíciles que nos está tocando vivir. Bueno, antes también. Me estoy refiriendo a las familias con las que tengo el placer de compartir mi labor como maestro. Padres, madres, niñas y niños que estamos juntos a diario, normalmente dentro del cole, pero que cuando nos vemos por la calle y se me acercan, me da un subidón, que me llena totalmente de satisfacción, como maestro y como persona. Se me recargan las pilas para mucho tiempo. Y ya lo mejor de lo mejor: Tengo una nieta que pronto cumplirá ocho meses y que, aunque no la pueda abrazar, besar, apretujar, acariciar, arrullar, alimentar, bañar, acostar, mirar, sonreír, proteger y todo lo que pueda hacer con y para ella, hay algo que me alegra todos os días nada más encender el ordenador.  Antes de empezar a trabajar pongo varios vídeos suyos, me río un montón (y hasta se me escapa alguna lagrimilla) y empiezo el día que no hay quien me gane en felicidad. Muy pronto volverá a estar en casa. ¡Bien! No todo es felicidad; también hay cosas que no son tan buenas, pero de eso no toca escribir hoy. No, hoy no. Querido diario. Soy un tipo con suerte. Mañana más