DIARIO DE CUARENTENA
CAPÍTULO LxIX
|
He tenido que ir a
Málaga.
Demasiados coches
por la autopista.
He ido a ver a mi
hermano.
Vive en una zona cercana al hospital, en una zona donde hay
demasiados bares y restaurantes, según dicen sus vecinos.
Siempre hay
demasiada gente y demasiado ruido.
¿Y hoy?
Demasiada gente y
demasiado ruido.
¿Será que es
viernes?
¿Será que llevan
demasiados días sin ir de bares?
¿Será que las tapas
de los bares están más buenas que las de casa?
¿Será que no se han
enterado que hay una pandemia y que hay que cuidarse?
¿Será que son
insensatos o idiotas?
¿será que yo soy más prudente, exigente o sensato que
toda esa gente?
Sí, será eso último. Tanta gente no puede estar equivocada. Claro que tener mayoría no te da la razón; y si no mira las moscas: Cien mil millones de moscas en el mundo comen mierda. ¿Lo ves? Y por esa mayoría, nosotros no vamos a tener que comer de eso.
En fin, que me pierdo, que había
mucha, mucha gente.
¿Mascarillas?
Pocas. Muy pocas.
No es que tampoco tengan razón
para no usarla, que, por cierto, es obligatoria. Más bien es porque beber y
comer con mascarilla no sé, no sé.
Pero alguien debería obligar a
que no se amontonen tantas personas juntas. Es por el bien de todos.
Si siguen relajándose con estas
simples medidas, me temo que, en vez de ir hacia adelante, iremos para atrás.
¿Qué te estaba contando?
Ah, que he ido a ver a mi
hermano.
Por cierto, la gaviota se come la
comida del gato cojo. Iapuchi.
Querido diario. Gente. Mañana más
|
viernes, 22 de mayo de 2020
DIARIO DE CUARENTENA. CAPÍTULO LXIX
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario