DIARIO DE CUARENTENA
CAPÍTULO
Lxxx
|
Cada dos por
tres, o sea, cada seis (no te rías, ya sé que es un chiste malo) tengo algo
de qué preocuparme.
Y hoy tengo
varios motivos.
Uno de ellos,
aunque en realidad no es nuevo, ya que hace más de un mes que lo vengo
observando y preocupándome es que estoy engordando más de la cuenta.
Normal.
He comido más
tartas en estos últimos tres meses que en el último año, sin contar
cumpleaños y demás.
De queso, de
limón dos distintas, de frutos rojos, queso de otra forma, de zanahoria,
bizcocho con cascos de manzanas en láminas, ¡Torrijas! (exquisitas) dos veces,
gelatina con crema de pistachos. Y no me extrañaría que se me haya quedado
alguna despistadilla por ahí.
¿A quién le va a
extrañar que haya engordado algo o bastante más de lo deseado?
¡Claro! A nadie.
No le extraña a nadie.
Y ya para
rematar la faena solo me queda decir cuántos kilos he engordado.
Seguro que estás
deseando.
Pues como dice
mi hermano, sin anestesia ni nada, te lo digo.
Y no es por
retrasar lo inevitable, no, es para advertirte que no se me nota casi nada
los kilos de más porque se me han ido todos a la cintura.
Ya tengo una
señora barriga. (A ver quién es el guapo que me la quita ahora).
Las camisetas y
polos me están algo estrechos.
Los pantalones
me aprietan en la cintura.
Normal.
Ya sé que no es
consuelo saber que hay muchas personas en mi misma situación, que han “cogido”
unos kilos de más en esta cuarentena y esperando el total desconfinamiento.
Tendré que hacer
el propósito, en este verano, de no pasarme con nada para ver si no solo no
gano más kilos, sino que puedo perder alguno.
Querido diario. ¡No
te lo he dicho! Mañana más.
|
martes, 2 de junio de 2020
DIARIO DE CUARENTENA. CAPÍTULO LXXX
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario